viernes, junio 16, 2006

Requiem para la objetividad periodìstica

Por Javier Mancilla Luna (*)


La objetividad en el ejercicio del periodismo profesional está muerta. Quizá nunca nació, pero no nos avisaron. Sólo hay unos cuantos, especialmente empresarios, que aún enarbolan su recuerdo y se resisten a reconocer que el ejercicio periodístico, al estar dentro de la sociedad, está subordinado a las tendencias del conocimiento de lo social.

En 10 de octubre del año 2005, el empresario y Director Editorial del Grupo Prisa, Ricardo Arques, caracterizó a la actividad periodística como la de un "arbitro" que "vigila las reglas pero no interviene en el juego" [1].

El empresario mediático Raúl Garáfulic Gutiérrez, antes de su muerte, sostuvo que ni el dinero o las prebendas podían torcer la conciencia de los periodistas para que "defiendan posiciones empresariales, personales o de otra naturaleza"[2].

Ambos vieron a la actividad periodística como ajena a las influencias, por ejemplo, económicas o sociales.

Sin embargo el ejercicio periodistico profesional no sólo es una actividad de conocimiento de lo social y de otras áreas, sino que se desenvuelve dentro del campo social. Es parte de él. Por lo tanto está sujeto a sus características de historicidad, parcialidad, vinculada a una clase social, al régimen de propiedad de los medios masivos de información y a la influencia de la ideología imperante en un determinado momento histórico.

Además, en su especificidad, la actividad periodistica está condicionada a las normas legales vigentes, a la realidad de su ejercicio y a sus rutinas diarias.

Para empezar, la actividad periodística se desenvuelve en el campo social. Es parte de ella. No puede construir una noticia al margen de su ser social. Aqui se produce lo que Michael Lowy caracteriza como "identidad parcial" es decir que el observador es (en este caso el periodista profesional), de una manera u otra, parte o está implicado en la realidad social que estudia y no tiene distancia o alejamiento de su objeto de estudio[3] (en este caso un hecho o situación que pueda ser vista como noticiable).

El objeto de estudio (en este caso un hecho o situación noticiable) tiene además un carácter histórico (es decir producido, reproducido o transformado por la acción del hombre). Por ejemplo, una noticia sobre los latifundios en Santa Cruz, en Bolivia, tiene sus raíces en la dotación de esas tierras efectuadas en gobiernos dictatoriales.

Otra característica del conocimiento de lo social, y en este caso de la actividad periodistica profesional, es su relación con la clase social. "Cada clase mira e interpreta el pasado y el presente, las relaciones de producción y las instituciones políticas, los conflictos socio-económicos y las crisis culturales en función de su experiencia, de su vida, de su situación social, de sus intereses, aspiraciones, temores y deseos", señala Lowy[4].

Por ejemplo, en la llamada Guerra del Gas, ocurrida en Bolivia en octubre del año 2003, será diferente el enfoque del material noticioso recogido en el lugar de los hechos y elaborado por un periodista proletario comprometido con la izquierda y los derechos humanos, que la noticia construida por un periodista-editor (que además tiene una pequeña empresa de comercio) que no fue al lugar de los hechos y que, además, es simpatizante al ex Presidente de entonces Gonzalo Sánchez de Lozada.

Otra característica que condiciona la actividad periodística profesional en el conocimiento de lo social (mediante la construcción de la noticia), es la propiedad de los medios masivos de información. Por ejemplo será difícil y casi imposible difundir una noticia crítica referida a los latifundistas de Santa Cruz en el canal de televisión Unitel, debido a que los propietarios de ese medio, según informes del Gobierno del Presidente Evo Morales, son terratenientes.

La ideología (entendida como una determinada visión de mundo) dominante, a nivel de discurso, también se traducirá en la actividad periodística profesional. Por ejemplo, palabras como globalización, estabilidad económica, seguridad jurídica, eficiencia, ministros técnicos, imperio de la ley y otras propias de la ideología neoliberal, se reflejarán en los productos periodísticos elaborados en el periodo de auge de esa visión (1985-2000).

A nivel más específico, el ejercicio del periodismo (incluído el profesional) está condicionado por un marco legal (Constitución Política del Estado, Ley de Imprenta, Ley Orgánica del Periodista, Códigos de Ética, etc.). Estas normas fueron hechas por seres humanos, en un contexto y en momentos históricos determinados.

Para concluir, este ejercicio periodistico tiene que ver, diariamente, con influencias que vienen desde el lado político, gubernamental, empresarial, comercial, de raiting, de anunciantes (especialmente cuando el material noticioso tiene que ver con grupos de poder económico o político).

Por si fuera poco, las rutinas diarias, como el carácter del editor de la noticia, su interés personal, el alto número de noticias a ser elaboradas (en periodicos es alrededor de cinco notas; en radios ocho a diez y en televisión aproximadamente seis a diez noticias) en un tiempo cada vez más limitado, el horario de trabajo que supera habitualmente las ocho horas de labor, el nivel cada vez más reducido de sueldos, condicionan el ejercicio periodístico en el conocimiento de lo social.

Por todo ello, la objetividad periodística ha muerto, Quizá nunca nació.

(*) Periodista, Licenciado en Comunicación y alumno de la Maestría en Comunicación Estratégica de la Universidad Andina Simón Bolívar. La Paz-Bolivia.
[1]ARQUES, Ricardo. (2005): Conferencia realizada en la ciudad de La Paz el 10 de octubre de 2005 sobre Periodismo de Investigación.
[2] ORGAZ, Mirko. (1999): (Coordinador) Prensa. El poder de la palabra. La Palabra del poder. Concentración de edios de comunicación y censura en Bolivia. Edit. UMSA.Bolivia. Pág. 155.
[3]LOWY, Michael. (1991) ¿Qué es la sociología del conocimiento? Fontanamara. México. Conclusión: Los paisajes de la verdad y la alegoría del mirador. Pág. 159. (Fotocopias)
[4]LOWY, Michael.. Op. Cit. Pág. 159